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Ricardo Solano, más conocido como “Richard”, es agricultor por nacimiento y ecológico por vocación. Su papá le enseñó los primeros pasos en el arte de cultivar la tierra. Igual que el resto de sus vecinos en la zona del Guarco de Cartago, lo que practicó durante la mayor parte de su vida fue agricultura convencional con agroquímicos.

Agricultura de cambio

En el Guarco de Cartago la agricultura convencional todavía es la norma. Cuando se siembra lechuga, se siembra todo el cerco. Pensar en sembrar poquitos de varios cultivos, no usar pesticidas, preparar abonos fermentados, deshierbar a mano en lugar de quemar la hierba,  preparar caldos naturales y esperar que el suelo esté mejor con cada cosecha, son cosas que suenan todavía muy extrañas para los agricultores experimentados de la zona.

Hace 8 años, Ricardo tuvo la oportunidad de trabajar en dos proyectos que le mostraron que había una forma diferente de hacer agricultura.

Una forma de cultivar donde no se aplican venenos ni abonos químicos, donde se asocian y rotan diversidad de cultivos todo el año, donde la hierba se quita a mano, donde el suelo se cubre con pastos y hojas secas en el verano. Un tipo de agricultura que depende de la relación con los bosques cercanos y que en lugar de contaminar, cuida la salud de los ríos y quebradas circundantes.

Con todo el escepticismo que hoy comparten sus vecinos, Ricardo experimentó en carne propia la magia de la agricultura orgánica y regenerativa. Descubrió que es un tipo de agricultura más dura, como dice él, pero que funciona. No solo funciona, sino que es muy diferente: es más saludable para el que la trabaja, más saludable para el que la consume, y genera beneficios palpables en el suelo y en el ambiente para los vecinos. Solo es cuestión de hacerle una visita a Richard, y mirar los cercos cercanos, para notar la diferencia.

Hace cerca de un año, cuando el proyecto donde trabajaba terminó, Ricardo se vio en la disyuntiva de buscar otro trabajo, o “mandarse solo” como el mismo lo dice. Ricardo decidió la segunda.  Se movió rápidamente, y en una pequeña finca alquilada, comenzó a trabajar.

Un atleta en el campo

Richard es un experimentado ciclista, varias veces competidor de la vuelta a Costa Rica. La disciplina del atleta, se manifiesta cuando se visita su proyecto de agricultura ecológica. Las eras demarcadas al centímetro, las camas de cultivo limpias, la sanidad del cultivo impecable, todo perfectamente cuidado y ordenado.  ¿Cuánta gente le ayuda a Richard? Todavía, nadie. El solo, comienza su trabajo bien temprano y termina hasta que le gana la noche.

Ricardo tiene más de un año de vender sus productos en Mercato.  Cada semana, más de 15 variedades de productos frescos, libres de pesticidas, llegan  a casas de todo el área metropolitana, desde Cartago, el Este de San José, centro, hasta el Norte y Oeste de la capital,  Heredia y Alajuela.

Cuando usted hace un pedido en Mercato, y pide lechuga, kale, cebollino, perejil, repollo, uchuvas grandes, vainicas, elotes, es probable que haya sido cosechado esa misma mañana en la finca de Richard.

Agricultura ecológica real

En la huerta de Richard, se regenera el suelo permanentemente. La comida del suelo viene del abono bocashi, preparado con boñiga, carbón, compost, microorganismos de montaña, melaza, y fermentado por 15 días. El manejo de plagas se hace primero desde la nutrición y segundo desde la prevención con caldos fermentados de chile, ajo, jengibre y otras plantas que el mismo cultiva. En las camas se rota con abonos verdes, como frijol y vainicas. Se hace uso racional del agua que baja de una pequeña naciente, metros más arriba de donde cultiva.

La importancia de apoyar a personas como Ricardo

Ricardo quiere crecer, quiere reinvertir en su proyecto, anhela poder “meter peones” que le ayuden y sueña con dominar la montaña que queda atrás de su casa, para que la agricultura sanadora, se convierta en la nueva norma de su barrio.

Lo que Ricardo aún no sabe, es que él, su convicción, valentía y disciplina, son una luz de esperanza. Con una carreta pegada a su bicicleta, su machete y sus manos, Ricardo demuestra cómo la actitud y el esfuerzo pueden generar impactos en la sociedad y en el ambiente. Cada mañana que se levanta, Ricardo impacta positivamente la salud de decenas de personas con sus alimentos y genera un impacto permanente en la regeneración del espacio donde trabaja.

Finca agroecologica Ricardo

Con la ayuda de los consumidores, Ricardo, pronto se convertirá en un generador de empleo, y la zona, en un espacio de regeneración ambiental.

Por personas como Ricardo, nuestro trabajo tiene sentido.

Cuando usted compra en Mercato, no solamente está llevando salud a su casa. Está llevando desarrollo humano, a personas como Ricardo, que con su trabajo, producen salud y regeneración a todo nivel. El desarrollo de Ricardo y más agricultores como él, depende en gran parte del apoyo que los consumidores le demos.

Haga sus pedidos de alimentos orgánicos y libres de pesticidas aquí.

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